jueves, 23 de diciembre de 2010

¡Felices Fiestas!

La Navidad ya ha llegado a Langreo y los adornos y luces decoran distintos puntos de nuestro municipio. Durante estos días Casa Cuca se ha convertido en un enorme regalo navideño y en la plaza del ayuntamiento disponemos de un buzón en el que poder dejar nuestras cartas a los Reyes Magos.

Son días de reencuentros con amigos y familiares; también de descanso para muchos, incluído Maldito Karma, que volverá después de Reyes. Aprovecharé ese tiempo para poder llevar a cabo algunas "mejoras" y preparar algunas entradas y secciones.

Traigo, a modo de felicitación, este villancico de Victor Manuel que encontré trasteando en youtube.


¡Felices Fiestas!

domingo, 19 de diciembre de 2010

Círculos de Tiza

Javier García Cellino abandonó momentaneamente la poesía para probar suerte con la novela ¡y la tuvo! Con Circulos de tiza ganó en 2008 el premio Letras Cortas que convoca Septem ediciones. Envuelto en el formato de una novela policiaca, nos permite dar un vistazo a la realidad pasada y presente del concejo.

La novela, que comienza de forma un tanto abrupta,(nos introduce de golpe en la escena), no sigue un orden cronológico. La primera parte (a la que llama sencillamente UNO) transcurre en unos pocos días; no sabemos el año exacto pero podemos deducir que sea hacia 1979-80- Aquí nos explica los motivos por los que Julio Colinas, el protagonista llega a la comisaria de Nalón, ciudad en la que vivió de niño.

En la segunda (DOS), hay un salto atrás en el tiempo, hacia los años 50. Julio recuerda su infancia: la llegada a Nalón, el primer día de colegio, los amigos y su juego preferido -policías y ladrones -, el primero de mayo. Esta parte acaba con la muerte de su padre. Estos recuerdos tendrán mucho que ver con la investigación que tendrá que llevar a cabo nuestro protagonista.

En TRES (la última parte, con el mismo número de hojas que la suma de las dos anteriores)– , han transcurrido 18 años desde los sucesos de la primera parte. Es aquí donde realmente ocurren los hechos sobre los que gira la novela –la aparición de un cadaver descuartizado en el vertedero municipal y la investigación que Julio Colinas, comisario accidental, tendrá que llevar a cabo. Todo ello en un lapso de tiempo no superior a una semana.

El autor juega muy habilmente con los diferentes planos temporales, coincidentes con las tres partes del libro –independientes pero complementarias. Donde creo que el libro falla un poco es en la resolución de la investigación; el caso se resuelve algo precipitadamente.Se me ocurre que pudo tener que ver en ello la brevedad obligada de la novela (recordemos que el premio se llama Letras Cortas).

Ese mismo juego de contraposición y complamentariedad de la que he hablado, se da en otro aspecto de la obra; la que tiene de reflejo (y crítica o reflexión) de la situación del concejo y las cuencas mineras.

La parte II no habla solo de la infancia de Julio sino que a través de sus recuerdos podemos conocer el concejo en los años 50. La afluencia de inmigrantes que venían en busca de trabajo; el problema de la vivienda; la insalubridad de uno de los ríos que atravesaba la Felguera; el sistema de compra –mediante el fiado-para la mayoría de las personas y la crudeza del trabajo en la mina o la maldición de los accidentes mortales.

En la última parte plantea los problemas que atraviesan las cuencas en la actualidad: la falta de trabajo; no existe tejido industrial que sustituya a las grandes empresas siderúrgicas y mineras. Ahora son los de aquí los que tienen que irse; se cuestionan las prejubilaciones. El discurso de inauguración del hotel rural es una buena síntesis de lo que debería ser la dirección a seguir. Pero además, aquí va oponiendo los recuerdos que ha evocado a los momentos y actos que lleva a cabo. Todo ello de forma sutil y sin que en ningún momento resulte forzado.

Me pareció una novela muy bien estructurada que hubiera mejorado si la resolución del caso hubiera sido algo más pausada. Es además un buen retrato de la situación de las cuencas en la actualidad.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Un poco más sobre los quioscos de la música

Los arquitectos Jose Ramón Fernández Molina y Juan González Moriyón en su obra La arquitectura del hierro en Asturias. “13 mercados y otros edificios urbanos” dicen lo siguiente sobre los quioscos de Aviles y Langreo:


Un caso singular será el kiosco de la música de Avilés, construido en el Parque del Muelle de la villa (…) La bibliografía histórica fecha su construcción en 1894, reproduciéndose fotográficamente por Octavio Bellmunt en “Asturias” en 1895, siendo su autor Federico Ureña. Este kiosco, junto con el de la Felguera,será el más espectacular de los construidos en Asturias. En ellos se concentrarán el exotismo, la complejidad y los efectos sorprendentes propios de las ideas románticas. Ambos kioscos lograrán superponer a la habitual planta octogonal unas cubiertas fragmentadas en varios cuerpos en las que la cúpula central adquiere todo el protagonismo y que, en el caso de Avilés, se completará con pináculos y tirantes de gran complejidad formal. Esta profusión decorativa se continuará en los capiteles de las columnas y en la elegante rejería de la barandilla.

El kiosco de La Felguera antes citado tiene claras relaciones con el de Sama, situado en el Parque Dorado de esta villa. Según indica Antonio Ramón Felgueroso Durán el alcalde de Langreo Antonio María Dorado contrata, en 1903, como arquitecto municipal a Manuel del Busto con la misión de dirigir las obras del parque de Sama. Este hecho parece poner fuera de duda que sea este arquitecto el autor del proyecto del kiosco de Sama y posiblemente también del de La Felguera. En los dos proyectos, la proximidad a la estética modernista y secesionista en aquellos años de Manuel del busto se hará presente en la original y exquisita forma de diseñar las columnas. El arquitecto evitará utilizar la tradicional columna de fundición más o menos decorada y se embarcará en una compleja aventura de diseño, donde perfiles livianos se unirán mediante roblones y piezas singulares que lograrán la rigidez e inerecia exigida a los apoyos. La elegancia del diseño se mantendrá en las vigas que unen las columnas y explotará en la exuberancia formal d elas ménsulas que apoyan la visera del kiosco de Sama.


(En la imagen, el quiosco de la música de La Felguera)

martes, 7 de diciembre de 2010

Arquitectura del hierro: Quioscos de música

Había pensado traer al blog algunas de las obras que los arquitectos que trabajaron en Langreo hicieron fuera del concejo. Luego, de forma casual, surgió la idea de incluir también ejemplos de edificios o construcciones que se corresponden con algunos de los que podemos encontrar aquí y que localizo en mis viajes o desplazamientos.





Hoy traigo otros dos quioscos de música. El primero de ellos está emplazado en el Jardim da Estrela, en Lisboa. Me llamó la atención que tuviera dos escalinatas de acceso frente a los de aquí, que tan solo tienen una. También me pareció una construcción más ligera que las nuestras.
Este coreto es el más antiguo de Lisboa, fue inaugurado en 1896 y restaurado en 1987. Fue diseñado por Jose Luis Monteiro






En el parque del muelle de Aviles, hay otro quiosco de la música que guarda un mayor parecido con los que se encuentran en el concejo, en el parque Dorado (Sama) y Dolores F.Duro (La Felguera), respectivamente. También de estilo modernista, como los de Langreo, su construcción es anterior.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Santa Bárbara bendita, patrona de los mineros

El 4 de diciembre, día de Santa Bárbara, patrona de los mineros, era una fecha casi festiva en las cuencas. Poco a poco, el cierre de pozos y la reconversión minera han hecho que esa festividad se vaya diluyendo hasta casi desaparecer.

Maldito Karma quiere contribuir a recordar esa fecha. Para ello recurro a la música; pero en lugar del Santa Bárbara Bendita, himno por excelencia de los mineros, traigo dos viejas canciones de Victor Manuel que también están relacionadas con el mundo de la mina:

El Abuelo Victor




La planta 14



Porque la historia está en todas partes, también en las canciones

miércoles, 24 de noviembre de 2010

La mezcla de los mundos (II)

Si algo bueno tiene que casi nadie lea un blog es que no importa demasiado que no actualices con la periodicidad que tenías pensada -en este caso, semanalmente. Aún así y dado que aún tardaré unos días en poder preparar las entradas que tenía pensadas, publico esta otra que vió la luz en mi otro blog y en la que explico que:

Aún cuando intentemos parcelar las diferentes areas de nuestra vida, terminan por mezclarse las unas y las otras. Así, mi afición a la literatura asoma en mi trabajo.
(...) es inevitable que unos aspectos de nuestra vida influyan o se reflejen en otros. (...) como esos dos mundos –el laboral y el “literario”- conviven y se mezclan inconscientemente.

Tras leer un par de artículos que le había enviado, R me comentaba que en ellos se traslucía mi afición a la lectura. Efectivamente, en ambos había referencias literarias a pesar de que los temas sobre los que versaban eran totalmente ajenos.

Luego me di cuenta de que también recurro a los libros cuando tengo que hablarle a cada nuevo auxiliar o a los alumnos en prácticas, sobre la organización de los expedientes. Suelo decirles que lo mismo que no podríamos leer un libro cuyas páginas estuvieran mezcladas y desordenadas, con ellos sucede lo mismo y que “también se leen" desde el principio hasta el fin.

Hace dos semanas, durante una visita de estudiantes de E.S.O. nuevamente emergió mi yo lector. Quería que comprendieran que "los papeles viejos” contienen su identidad y su historia. Casi sin pensar, convertí a los expedientes en relatos. Les expliqué que cada uno de ellos nos cuenta una historia; a veces sencilla -que Fulanito quiere abrir un bar o Menganito construir una vivienda- otras, más complejas y en ocasiones son vendettas (las denuncias entre vecinos dan lugar a verdaderos culebrones).

Mi afición a la novela negra queda al descubierto cuando comparo la investigación histórica con el trabajo de un detective. También nosotros tenemos que analizar las pruebas e interrogar a los “ testigos” (los documentos) y tampoco nos libramos de que a veces el testigo no quiera hablar, las pruebas sean solo circunstanciales o que aunque “nuestra intuición nos diga cómo sucedieron los hechos no podamos probarlo.

Sobre la influencia inversa ya hablé aquí

domingo, 14 de noviembre de 2010

Charlas con un arquitecto

La arquitectura no es un simple arte que se ejerce con más o ménos
éxito: es una manifestación social. Si queremos saber por qué ciertas cosas son
como son, en nuestra arquitectura, debemos mirar al pueblo; porque el conjunto
de nuestros edificios es una imagen del conjunto de nuestro pueblo, aunque uno
por uno sean las imágenes individuales de aquellos a quienes como clase, el
pueblo ha delegado y confiado el poder de construir. Por esto, desde este punto
de vista, el estudio crítico de la arquitectura se convierte, en realidad, en
estudio de las condiciones sociales que la producen


(Sullivan, Louis Henry: Charlas con un
arquitecto
. Citado en Benévolo, Leonardo: Historia de
la arquitectura moderna
.)


Me gusta esta cita que entresaqué del manual de arquitectura de Benévolo porque me parece que refleja la forma en que me aproximo a esta materia. No tanto desde el punto de vista artístico -que también- sino como reflejo de las condiciones sociales que la producen.

domingo, 7 de noviembre de 2010

La mezcla de los mundos

Es inevitable que diferentes aspectos de tu vida se mezclen aún cuando no quieras que eso ocurra. Así lo comentaba en esta entrada:

(...) a veces mi profesión y formación condicionan o se traslucen en mis lecturas o el propio blog. Prueba de ello, aunque no fuí consciente hasta mucho después de haberlas escrito, son esas entradas “clasificatorias” en que establezco tipos ya sea de préstamos, finales o detectives. (La “unidad mínima de medida” de los archivos es el Tipo documental y los cuadros de clasificación, una herramienta básica de trabajo)

También se manifiesta en la especial atención con que observo la forma en que los profesionales de los archivos aparecen retratados –las escasas ocasiones en que lo son- en la literatura. Tenemos al viejo solitario de Todos los nombres, de Saramago; a la monja que trabaja en un sótano del Vaticano en El último Catón, de Matilde Asensi ( ya puestos: ¿por qué el archivo siempre es un lugar sórdido, con estanterías atestadas a punto de desplomarse sobre uno y casi siempre en el sótano?). Tan solo en Lo raro es vivir, de Carmen Martín Gaite, la protagonista es una persona normal AUNQUE trabaja en un archivo -un motivo más para que me guste esta escritora-.

Pero no son los únicos casos en que mi profesión y/o formación condicionan mis lecturas. Ya me referí a que el mundo que representa El palacio azul de los ingenieros belgas, me resultaba muy próximo, precisamente por mi trabajo. Fueron también motivos laborales los que me llevaron a leer La Aldea Perdida (tenía que preparar un taller sobre historia y literatura y lo elegimos porque ya era una lectura de los alumnos)

Leyendo La mujer de Verde de Indridason mis alertas se activaron cuando vi que para el levantamiento del cadáver llamaban a un arqueólogo. Pensé “a ver que van a hacer ” (Tuve un profesor que decía que hay quien excava y quien escarba) pero mi miedo fue infundado; la excavación se hizo y se describió con bastante rigor. Algunos lectores, refiriéndose a ese mismo libro decían que les había resultado pesada la forma en que el detective protagonista llevaba a cabo la investigación. A mi, por el contrario, me gustó aunque es cierto que, más que una investigación policial al uso, es una investigación histórica –algo que me resultó aún más evidente ya que justo en ese momento estaba inmersa en un trabajo similar.

No son estas las únicas influencia "inversas" -más de una vez, comentando libros ambientados en la guerra civil, me ha venido a la mente algún caso vivido en el archivo y relacionado con la ley de memoria histórica. Supongo (ESPERO) que tampoco seré la única a la que se le "mezclan los mundos". Otra cosa es que no seamos conscientes hasta que alguien o algo nos haga percatarnos de ello.

jueves, 21 de octubre de 2010

No es lo mismo

Trataré de explicar de la forma más clara y menos aburrida posible que, tal como dice el título, archivos, bibliotecas, colecciones (y centros de documentación) no son lo mismo aunque puedan tener puntos en común.

Comencemos por repasar lo que es un ARCHIVO y para ello recurro a la definición de la R.A.E: 1. m. Conjunto ordenado de documentos que una persona, una sociedad, una institución, etc., producen en el ejercicio de sus funciones o actividades (De la ordenación, u organización, nos ocuparemos en la próxima entrega)
También nuestra ilustre Academia recoge esa idea de involuntariedad de la que había hablado. El documento es un “efecto secundario” de la actividad que se realiza. Cuando compro una vivienda, mi objetivo y mi voluntad está en la adquisición del piso (actividad) no en la escritura de compraventa (documento producido)

Recurramos de nuevo a la R.A.E. para ver las definiciones de COLECCIÓN: 1. f. Conjunto ordenado de cosas, por lo común de una misma clase y reunidas por su especial interés o valor. Colección de escritos, de medallas, de mapa
Y BIBLIOTECA: 1. f: Institución cuya finalidad consiste en la adquisición, conservación, estudio y exposición de libros y documento
Si nos fijamos en los verbos que emplea en ambas definiciones – reunir, para la colección y adquirir,para las bibliotecas- vemos que ambos indican voluntad. Decido comprar este libro, esa fotografía o aquel mapa.

He aquí la primera y más importante diferencia entre archivos, bibliotecas y colecciones (podemos incluir los centros de documentación). En el caso del documento el objetivo de la persona es la actividad X, (por eso se habla del principio de espontaneidad). Por el contrario, en las bibliotecas y colecciones el objetivo es el propio libro, mapa, fotografía o elemento sobre el que verse la colección.

Otra diferencia que me parece fundamental es la forma en que la información está contenida en uno u otro lugar. Quiero hacer hincapié en ello porque es un problema al que me enfrento con frecuencia.
Buscando la forma de explicárselo a unos chavales del instituto que visitaban el archivo, se me ocurrió recurrir a un ejemplo culinario. Les dije:
"imaginaros que queréis comer bizcocho y venís aquí en busca de él. Lo que os encontraríais sería el azúcar, los huevos, la harina, …. Los ingredientes para elaborarlo y seríais vosotros quienes tendríais que hacerlo. "
Siguiendo con el ejemplo del bizcocho, (que representa la información que estamos buscando) en la biblioteca encontraríamos el bizcocho entero y tendríamos que partirlo en rebanadas para poder comer las que quisiéramos. Por su parte, en el centro de documentación, nos encontraríamos con que el bizcocho no solo está ya hecho sino además troceado con lo que podemos elegir la rebanada que más nos guste (o interese)
Como no quiero resultar pesada aquí lo dejo. Espero que os hayan quedado claras que NO ES LO MISMO un archivo, que una biblioteca, una colección o un centro de documentación.

(Imagen tomada de aquí)

viernes, 15 de octubre de 2010

Las veinte casas: documentación gráfica

El artículo sobre las veinte casas, terminaba diciendo que en una entrada próxima incluiría algunas fotografías y el plano de emplazamiento de las mismas. Aunque con más demora de la esperada, aquí estan:




En la fotografía 1 podemos ver las diez casas que dan a la calle Antonio Lucio Villegas al completo.

En esta, puede observarse como algunas de las casas que daban a la calle Manuel LLaneza ya habían sido demolidas y en su lugar se está construyendo un edificio de viviendas.

(Fotografías tomadas por Antonio Ramón Felgueroso CA 1986)


La calidad de la imagen no es buena (tampoco la fotografía realizada por mi) por lo que no deja observar con claridad el plano. Las lineas blancas gruesas señalan las distintas viviendas, de igual tamaño y distribución. Tanto en la fachada principal como en la parte posterior de las casas la distribución de los vanos era: ventana, puerta y ventana. La pequeña galería final se observa aunque con alguna dificultad y tras ella se encuentra el patio (en el plano viene marcado con una linea blanca mucho más fina)

domingo, 10 de octubre de 2010

Historia de la arquitectura moderna, de Leonardo Benévolo

Poco a poco el blog va tomando forma y van surgiendo secciones, como esta que comienza hoy. En ella quiero hablar sobre libros que de alguna forma están relacionados con los temas que vamos a tratar aquí y con los que iremos conformando la Biblioteca del archivo

Hasta ahora cuando tenía que preparar algún artículo relacionado con edificios o los arquitectos del concejo buscaba y leía tan solo los libros o capítulos necesarios para ello pero no tenía una visión de conjunto. Decidí que ya iba siendo hora de subsanar dicho error leyendo algún manual de arquitectura y parece que elegí con acierto.

Es un libro escrito por y para arquitectos por lo que hubo algunos conceptos que se me escapaban. Incluso hubo momentos en que me pregunté si estaría matando moscas a cañonazos. Al fin y al cabo ¿que tiene que ver la arquitectura sudaméricana o la japonesa con la que se lleva a cabo en este concejo?

Sí tenían que ver y mucho los primeros capítulos del libro, los que hacen mención a la revolución industrial y lo que supuso no solo en la aparición de la arquitectura moderna, con los nuevos materiales y tipos constructivos, sino también con algo que es el pan nuestro de cada día: el valor (y la especulación) del suelo.

"Gran importancia tiene, a este respecto, la diferenciación entre edificio y suelo. Mientras un edificio era considerado como de duración indefinida y el solar quedaba utilizado de modo estable, su valor, quedaba, por asi decir, incorporado al del edificio; pero si consideramos limitada la vida del edificio, el solar adquiere un valor económico independiente, variable según las circunstancias, y si la edificación sufre cambios lo bastante frecuentes nace un mercado del suelo."

Las menciones a la arquitectura del hierro y el papel que jugaron los ingenieros en la tranformación y evolución de la manera de construir; los primeros planes urbanísticos o las smoke cities, guardan relación con lo que sucedió en Langreo en el periodo de entresiglos (S.XIX al XX) y en la etapa de nuestro alcalde urbanista.

Al leer sobre el socialismo utopico y su reflejo en la arquitectura no pude por menos de pensar el proyecto de Enrique Rodriguez Bustelo para el barrio La Nalona (tan solo llegaron a construirse dos pabellones)

Me pareció muy interesante el capítulo dedicado a la arquitectura en los paises socialistas. Encontré grandes similitudes con lo ocurrido con la literatura; la supeditación a la ideología con la consiguiente perdida de calidad.

También me llamó la atención que un grande de la arquitectura com Le Corbusier (aunque no fue el único) no consiguiera trasladar sus proyectos del papel a la realidad; o que cuando consiguiera hacerlo, el resultado no fuera demasiado favorable. Luego, fijándome en algunos de esos edificios que nos rodean por todas partes, me di cuenta de que su grandeza no está tanto en las obras individuales que hayan podido realizar como en la influencia que han dejado en la arquitectura y en los arquitectos posteriores.

Siendo sincera no disfruté todos los capítulos por igual; algunos de los que componen la sexta y septima parte se me hicieron más cuesta arriba. Influyó en ello, creo el cansancio (tuve que leer el libro a marchas forzadas) y el que parte de lo que allí se mencionaba era desconocido para mí y quizás -puede que por cansancio- pesaba más la parte "técnica". Aunque al encontrarme con la mención a los polígonos urbanísticos (tenemos un claro ejemplo de ello en el concejo con el de Riaño) o los problemas y retos que plantean las ciudades volví a sentirme en terreno conocido.

Resumiendo, me pareció un libro interesantísimo y altamente recomendable para aquellas personas interesadas en la arquitectura y el urbanismo aún cuando, como es mi caso, no sean especialistas en la materia. Sinceramente, pienso que no podíamos comenzar de mejor forma a crear nuestra Biblioteca del archivo.

lunes, 4 de octubre de 2010

Archivera, que no archivadora

Recupero el que iba a ser el comienzo de mis memorias laborales y que explica, con algo de humor, los problemas a que me enfrento (nos enfrentamos quienes trabajamos en archivos) cuando tenemos que explicar cual es nuestra profesión:


(...) Y para empezar se me ha ocurrido ir a los problemas de identidad que mi profesión me genera. Al modo de las reuniones de alcohólicos que vemos en las películas americanas yo tendría que decir: Hola, me llamo L. y soy archivera. AR-CHI-VE-RA; ni “archivadora” ni “archivadera”, ni “la del registro”; tampoco dirijo el” Registro” ni “Archivos”. Estas son las denominaciones más habituales y me temo que la forma correcta es la menos frecuente.

Esta soy yo diciendo: SOY ARCHIVERA, AR-CHI-VE-RA Pero los “problemillas de definición” se mantienen fuera del horario laboral, cuando, por algún motivo tengo que indicar mi profesión. Aún recuerdo cuando hace algunos años decidí solicitar una tarjeta de unos grandes almacenes (esos en que todos pensamos)- Había que cubrir unos formularios y facilitar un montón de datos – lo del papeleo no es patrimonio exclusivo de la administración-. Al llegar al punto en que me preguntaron: ¿profesión? Contesté: archivera - ¡lo que soy! - No sé si harán cargo de la cara de extrañez de la persona que me atendía: ¿Cómo? Volví a repetir: archivera, trabajo en un archivo en (nombre de la administración en que trabajo) Tras oír mi aclaración, su rostro se relajó algo y la casilla correspondiente quedó cubierta de la siguiente forma: Funcionaria. Me sentí como el del anuncio cuando dice: ¡Vale! ¡Admito pulpo como animal de compañía! (Sobre esto del funcionariado volveremos en otro post, capítulo o lo que sea)

No se crean que esto acaba aquí. La misma reacción de desconcierto que tuvo el empleado o empleada del Corte Inglés (y no estoy siendo políticamente correcta y utilizando un lenguaje de género sino que no recuerdo si era hombre o mujer) suele producirse cuando conozco a alguien. Algunos son sinceros y me preguntan algo que traducido vendría a ser: Vale, pero ¿qué es lo que haces en el archivo? Otros confunden el archivo con la biblioteca; a ellos les diré que ARCHIVOS Y BIBLIOTECAS, JUNTOS PERO NO REVUELTOS. Somos profesiones y tenemos objetivos distintos, aunque podamos tener parcelas comunes. Por último están los que no preguntan, más porque no se atreven que porque tengan una idea clara de a lo que me dedico.

¿Cuál es la conclusión que se extrae de todo esto? Pues que salvo familiares y amigos cercanos de quienes nos dedicamos a los archivos, el resto no suele tener ni idea de lo que significa nuestro trabajo. Lo que nos lleva a establecer una nueva conclusión: Los archivos, por desgracia, siguen siendo algo completamente desconocido para la mayor parte de la gente. Mientras no consigamos que los sientan como algo cercano ¡Seguiremos con muchos de los problemas que nos aquejan!

Para terminar y relajar un poco este tono de sermón que me salió, un par de anécdotas que reflejan la imagen que se tiene de los archivos:
Cuando me hice cargo del archivo –hace muchos, muchos años -había destinada al mismo una limpiadora cuya máxima era “¡Bah!, en los archivos siempre hay polvo “. En compensación, se dedicaba a “brillar” el teléfono y a pulverizar con ambientador las dependencias del archivo, con tanto ahínco que alguna vez me sentí como si me estuvieran fumigando.

Hace bastante menos, un trabajador municipal, dijo de mí, aludiendo a mi forma de vestir, que “[…] no parece una archivera.” Y su halago, que como tal fue dicho, me hace pensar en la imagen estereotipada que sale en las películas. (Durante el traslado del archivo, vestida con una especie de esquijama gris y una bata azul claro, del estilo que usan en algunas tiendas y empresas de limpieza, tampoco lo parecía. Pero de eso hablaremos otro día)

martes, 14 de septiembre de 2010

Arquitectura indiana en Langreo

Casona de Indianos en Somao
Durante la última parte del siglo XIX y primeras décadas del XX fueron muchos los asturianos que emigraron a América, especialmente a Cuba. Bastantes quedaron allí; otros regresaron,  bien para quedarse o de vacaciones. A ese grupo, especialmente a los que consiguieron hacer fortuna, se les llamaba indianos.

Estos asturianos retornados tuvieron gran incidencia en la arquitectura de la región hasta el punto que al  conjunto de viviendas que promovieron se  las agrupa bajo la denominación genérica  de arquitectura indiana (a pesar de las diferencias entre sí: modernistas unas, de estilo montañés otras, incluso algun chateau francés). Pero no se limitaron a promover opulentas  (y hermosas) casonas sino que, quizás pensando en sus propias circunstancias, construyeron y dotaron a  sus expensas  muchas edificaciones escolares en sus municipios de origen. Covadonga Álvarez Quintana en su libro Indianos y arquitectura en Asturias 1870-1930 menciona ese interés:
crecimiento de una arquitectura específicamente escolar que en el caso de Asturias ha de atribuirse entre 1870 y 1930 más si cabe al colectivo indiano que a la propia Administración
En Langreo y las cuencas mineras en general la presencia del indiano no se dejó sentir tanto como en las alas asturianas. Al contrario, las explotaciones siderúrgicas y mineras fueron centro de atracción para la inmigración desde otros puntos de España. Sin embargo, también aquí contamos con algún ejemplo de arquitectura indiana.  (Según Covadonga Alvárez, la casa entre medianeras de la calle Carracido -de estilo modernista. fue promovida por un indiano que hizo su fortuna en Méjico)

En el archivo municipal se conserva un proyecto de edificio escuela “Institución Cañal” en Vega-Langreo en cuya memoria podemos leer:

  Es objeto de la presente memoria, la construcción de un edificio destinado a escuelas, con viviendas para dos maestros, ya que son dos los pabellones destinados a la enseñanza.
  La construcción de este (sic) edificación se debe a la filantropía y altruísmo de D. Alfredro Cañal, residente en las Antillas, queriendo dar una prueba patente de su amor al pueblo donde nació. (…)
El proyecto, fechado en junio de 1932, está firmado por Jose Ramón del Valle Lecue, arquitecto municipal a la sazón. Se trataba de un edificio de planta baja, situado en una prominencia del terreno, bien orientado a los vientos (…)

Las viviendas de los maestros estaban emplazadas en la zona norte, evitando así que ningún hueco de puertas o ventanas da sobre el campo escolar. Por si no fuera suficiente, ambos campos, el escolar y el que circunda a las viviendas estaban aislados uno de otro, a la buena consecuión del plan moderno pedagógico.

Mis intentos de averiguar algo más sobre el tal Alfredo Cañal fueron siempre negativos. En cuanto a las escuelas, mi única información es que en los años 80 se instaló allí un hospital de día para el tratamiento y rehabilitación de alcohólicos y que en la actualidad está allí emplazado –aunque en un edificio completamente nuevo- el Centro Ocupacional de Pando.

martes, 27 de julio de 2010

Las veinte casas

Al releer el artículo que hoy publico lo encuentro poco satisfactorio. Aún así me limito a suprimir algunos párrafos en consideración a este formato (recorte al que se verán sometidos todos los artículo, sin excepción). Sirva al menos para comprobar mi evolución como investigadora y como escritora

(publicado en el porfolio de Santiago , año 2000)

En 1920 un grupo de personas residentes en Sama se unieron para formar una sociedad, compuesta por 20 socios, a la que llamaron La Voluntad. El objetivo era construir 20 casas, una por socio, acogiéndose a la Ley de Casas Baratas, de 1911. Al año siguiente adquirirían los terrenos; una finca llamada La Isla, situada en la zona de La Salve, propiedad de Tomás Alvarez Miranda
A principios de 1926 las casas estaban listas para ser habitadas. -Las viviendas se repartieron entre los socios mediante un sorteo- En señal de reconocimiento por la colaboración que la Sociedad Duro-Felguera y en especial su director, les había prestado, propondrían que una de las nuevas calles abiertas llevara el nombre de Antonio Lucio Villegas. El acuerdo favorable se adoptó el 15 de abril de ese mismo año
Que habiéndose constituido en esta villa de Sama, una Sociedad integrada por 20 socios, vecinos de este Concejo, todos obreros y empleados al servicio de las distintas industrias enclavadas en Langreo, con el único y exclusivo objeto de construir 20 casas de las llamadas baratas e higiénicas, una para cada uno, en terrenos sitos en La Salve, propiedad de D. Tomás Alvarez Miranda, con la pretensión de acogerse a los beneficios de la Ley de Casas Baratas, han dado ya término a dichas construcciones, esto es, que las veinte casas están ya en condiciones de ser habitadas […]
Como todos estos beneficios por nosotros recibidos, se deben a la directa intervención del Director general de la Duro-Felguera, D. Antonio Lucio Villegas […], no duda esta Sociedad, […] suplicar a tan digna Corporación se digne conceder el nombre de “Avenida de Antonio Lucio Villegas” a la calle que partiendo del Parque “Dorado” atraviesa la calle de “Ramón y Cajal” con dirección a Ciaño […]
Las casas formaban dos filas, dando la fachada de cada una de ellas a las actuales calles de Antonio Lucio Villegas y Manuel Llaneza. Estaban unidas por unos patios interiores que se comunicaban entre sí. Eran viviendas unifamiliares, de planta baja y semisótano, con un pequeño patio delantero, a modo de jardín. Disponían de cuatro habitaciones, separadas por un pasillo y al fondo de la vivienda se encontraba la cocina, con salida al patio y el baño. Había además una galería.


Los habitantes de estas viviendas formaban una población bastante estable: algunos de sus residentes lo fueron durante más de 20 años. A partir de los años 70 las casas comienzan a desalojarse; ¿los motivos? fallecimiento; traslado de la residencia a Gijón, tras la jubilación (algo bastante habitual en esta cuenca). Por supuesto, también se da el cambio de domicilio dentro del municipio, en busca (suponemos) de una vivienda más moderna.


El nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Langreo, aprobado en 1984 no va a darle a esta manzana de viviendas ninguna protección especial. Según el plan es una zona de edificación cerrada, con un fondo edificable de 14 metros y una altura de edificación de cinco plantas.


A partir de 1985 comienza la construcción de edificios de viviendas en esta manzana. Las primeras en ser demolidas fueron los números 31, 33, 35 y 37 de Manuel Llaneza; las dos últimas, en la calle Lucio Villegas, se derribaron en 1998. En el lugar en que estuvieron enclavadas las veinte casas, existen ahora 121 viviendas.

P.D: en una próxima entrada incluiré los planos de planta y alguna fotografía de las últimas casas.

lunes, 19 de julio de 2010

Ciudades y literatura

Chueca Goitia en su ya clásica Breve Historia del Urbanismo dice: "No deben, pues, perderse de vista, al estudiar las ciudades, las valiosas fuentes que nos ofrece la literatura." Y precisamente por ello, porque considero a la literatura como una valiosa fuente que contiene información sobre muchos aspectos de este concejo, de vez en cuando traeré al blog reseñas de libros o fragmentos de ellos que cumplan con lo arriba expresado.
Inauguro hoy esta sección -lugares y palabras-entresacando varios párrafos del libro de Alejandro M. Gallo, Caballeros de la muerte, ambientado en esta cuenca minera. Un ejemplo de como la literatura es, tal como decía Chueca Goitia, una valiosa fuente  al estudiar las ciudades.
 
"Estas llegando al destino, el valle del Nalón. Podrías apearte en cualquiera de sus estaciones, pero prefieres hacerlo antes de llegar a Santa Bárbara, allí es más fácil que te reconozcan. La Felguera, estas bien ahí.

La estación es pequeña, pero tiene los mismos olores y sonidos de antaño. Y añade sus ausencias y miradas. Estás en casa, tu misión comienza

Necesitas un alojamiento, pero puede esperar. Aún tienes que contemplar las chimeneas de la térmica, las fachadas de las fábricas, las naves de los talleres, las escombreras de carbón en medio de las montañas, los castilletes de los pozos… Sentir el carbón en el aire, las partículas de polvo bailando al viento y el rugido de las sirenas de los cambios de turno en cualquier empresa. Y pasear por su parque, su minúsculo parque, y contemplas embobado a un abuelo como juegan sus nietos.
Pegado al zócalo del quiosco de la música, bajo el enrejado que sostiene su cúpula modernista, un ciego toca el violín (…)

Llenáis el depósito del bólido y tu improvisado amigo encamina el vehículo hacia la plaza de abastos de Sama. Algo detiene el tráfico en el puente sobre el río Nalón.
_rediós, seguro que hay güelga en el pozu El Fondón, (…)
Te apoyas en la barandilla del puente a contemplar las aguas del río. (…) Hoy, las aguas del río no evocan más que sangre y los famosos mareos. Los mareos, un escalofrío recorre tu cuerpo, aún crees ver a algún guerrillero capturado y arrojado al río, y cómo varios fusiles desde el puente practicaban puntería, hasta que el cadáver flotaba río abajo
A la derecha, el cuartel de la Guardia Civil, en medio de las dos poblaciones. (…)
Atravesáis Sama. Al llegar hacia la mitad del recorrido, Pichi gira hacia la derecha. Estaciona el vehículo y dice:
_esta yé la plaza de abastus"

lunes, 12 de julio de 2010

Memoria Histórica. Memoria. Historia (II)

(primera parte aquí)

(.../...)
Con el incendio sufrido en la noche del cinco de enero de 1874, siendo alcalde Celestino Cabeza, se perdió toda la documentación municipal anterior a dicha fecha. El Ayuntamiento fue levantado de nuevo pero el archivo se perdió y con él una parte importantísima de la historia del municipio.


Frente a nuestra conciencia histórica que abarca apenas dos siglos, tenemos casi ocho enterrados en el olvido. La causa de esta amnesia se encuentra, como he mencionado más arriba, en la carencia de fuentes documentales. O más bien en la dificultad para acceder a ellas.Como consecuencia, apenas existen estudios y trabajos de investigación sobre esa etapa.


¿Cómo llevar a cabo esta recuperación de nuestra memoria? Mediante el fomento de trabajos de investigación de este periodo histórico. La escasez de fuentes documentales y la necesidad de recurrir a archivos de fuera de Asturias (con el consiguiente coste económico y temporal) frena a los posibles investigadores. Pero pueden establecerse acuerdos con la Universidad de Oviedo y adoptar medidas como la dotación de becas para estos trabajos de investigación o su publicación


La bibliografía sobre Langreo es muy escasa y de difícil obtención. Se trata de obras que tras su publicación, no fueron reeditadas. En la mayoría de los casos eran ediciones no venales, lo que dificultó la posibilidad de acceder a ellas. Sigo recibiendo consultas sobre cómo conseguir algunas de ellas; estoy segura de que en caso de ser nuevamente publicadas, serían muy bien acogidas en el mercado. Esta actuación podría complementarse con la incorporación de nuevos títulos.


Es fundamental la elaboración de un censo de fuentes documentales para la historia de Langreo. Saber y poner a disposición de los investigadores que archivos, asturianos y de fuera de la comunidad, poseen documentación referida al concejo


Podrían proyectarse actividades en los centros educativos para que los alumnos rastreen ese Langreo anterior a la industrialización; o llevar a cabo una exposición sobre el concejo en la Edad Moderna. Las aquí expuestas son solo algunas de las posibles actuaciones para recuperar y difundir nuestra historia.


Es esta una época en que se ha tomado conciencia de la importancia y necesidad de conservar nuestro patrimonio histórico. Se habla de patrimonio arqueológico, industrial, arquitectónico y apenas se menciona el documental. ¿Quizá porque resulta menos novedoso? ¿Por su menor espectacularidad? Sea cual sea el motivo, sigue necesitando atención y medidas que permitan su conservación. ¡Recuperemos la memoria!

lunes, 5 de julio de 2010

illa, illa, illa, ....

Cuando daba vueltas a la creación de este blog no se me ocurrió pensar que escribiría una entrada como esta.

Los goles de David Villa han hecho que España, juegue por primera vez unas semifinales en un mundial de futboll; y resulta que "el guaje" como lo llaman en los periódicos, es de Tuilla, uno de los pueblos del concejo langreano.
Ya había tenido mucho que ver en que nuestra selección ganara la eurocopa frente a los alemanes ( a quienes por cierto se enfrentarán en el próximo partido) Tras ese triunfo, el Ayuntamiento le concedió el título de hijo predilecto del concejo; en el mismo acuerdo
plenario y acto de entrega lo recibió también Enrique Mejuto, arbitro de futbol internacional.

No sabemos que pasará en el próximo partido pero de lo que podemos estar seguros es de que gracias a él, mucha gente sabe ya de la existencia de este pueblo langreano.

martes, 29 de junio de 2010

Memoria Histórica. Memoria. Historia. (I)

Inauguro hoy una de las secciones que compondrán este blog. A ella traeré algunas, si no todas, mis colaboraciones con los portfolios de festejos de Sama y La Felguera.Coincidiendo además con la festividad de San Pedro, traigo  este artículo (debido a la extensión del mismo, lo publico en dos partes)

(publicado en el porfolio de San Pedro, 2008)


(...) Retomo la idea, expresada hace algún tiempo, de que las ciudades son un poco como las personas . Los pueblos –utilizo el término en sentido lato- sufren a lo largo de su existencia transformaciones y cambios motivados por los diferentes acontecimientos y sucesos que se producen en ellos. Pensemos en nosotros: ¿acaso no somos fruto de nuestra educación, estudios y vivencias? ¿Somos los mismos que hace diez o veinte años? Sí y no; siempre mantendremos nuestra identidad pero, al mismo tiempo, el propio proceso de vivir hace que evolucionemos, que cambiemos; no somos seres estáticos. Es ese el sentido de semejanza al que me refiero en este artículo. Los pueblos no son entidades inmutables sino que, como nosotros, evolucionan y se transforman en función de los acontecimientos y hechos que en ellos y a ellos les ocurren.

Veamos esta similitud entre pueblos y personas desde otro enfoque. Imaginemos a alguien que por algún motivo padezca amnesia y haya perdido los recuerdos de su vida anteriores a un momento determinado. (...) ha perdido todas las referencias que le permiten comprender quien es y, lo que quizá sea más importante, por qué es así. Hará todo lo posible por recuperar ese espacio en blanco y en caso de no conseguirlo, pasará el resto de su vida con una carencia.

Langreo es como esa persona; ha perdido los recuerdos de una parte de su historia, su vida. ¡Sí! Aunque haya quien no lo sepa o no lo recuerde, Langreo existió mucho antes de que Pedro Duro viniera a instalarse por estos pagos. A lo largo de mi carrera profesional he observado que para la mayoría de la gente la historia del concejo comienza prácticamente en el S.XIX; algunos dan un salto mortal en el tiempo y pasan de los infanzones de Langreo a las minas de carbón y las fábricas siderúrgicas. Y en el medio, la nada histórica
Cuál es la causa de este vacío? Las propias actas municipales lo recogen:

[…] la terrible impresión del ataque […] por las ordas (sic) carlistas en la noche del cinco del corriente, las víctimas que ocasionó y la destrucción de su Casa Consistorial y Archivo Municipal […]
(.../...)

lunes, 21 de junio de 2010

Las aguas vuelven a su cauce

El pasado miércoles toda la población samense estaba revuelta. Llevábamos dos semanas de fuertes e incesantes lluvias en toda Asturias. En los últimos días, cuando venía al trabajo me fijaba en el río y me llamaba la atención tanto la fuerza como el color del agua, completamente turbio. Como alguien señaló, ¡Pero sí puede hacerse surf (en el río)!

Ese día   la policía local había cerrado los puentes que comunican ambos márgenes del río  al al tráfico,tanto rodado como peatonal, e iba a desalojar los centros escolares que se encuentran al otro lado, en previsión de un posible desbordamiento. Además, lo que influyó en la medida, a las 13 horas iban a abrirse las compuertas del pantano de Tanes porque estaba a “reventar”

Con tanto barullo, era inevitable que, al regresar a casa, me fijara con mayor atención, si cabe,  en el cauce del río. Impresionaba ver lo poquísimo que faltaba para que el agua llegara hasta los puentes (incluso pude día ver el río en zonas del trayecto en que normalmente no está a la vista); pero además me vinieron a la mente varios hechos relacionados con el río Nalón, sus crecidas y el puente “nuevo”.

En el último tercio del siglo XIX , hacia 1873, una crecida había llevado el puente de madera que, comunicaba ambas márgenes del Nalón. Para reconstruirlo se estableció un pontazgo que deberían pagar los usuarios (¡como vemos, lo de los peajes de la autopistas ya tenía antecedentes) Algunos años más tarde, sería sustituido por uno de hierro, que se conoce como el Puente Nuevo a pesar de que tiene más de cien años y desde entonces ha habido otros, pero es lo que tiene los nombres.

Las avenidas del Nalón eran bastante frecuentes y  para evitarlas  el alcalde Antonio María Dorado consiguió del entonces ministro de Fomento –Alejandro Pidal- que se hicieran un muro de contención del río en 1902, lo que además permitió  liberar terrenos de aluvión en los que luego se construyó el parque (sobre este alcalde y su influencia en el diseño urbano de Langreo volveré en su momento)

Suele ser común en estas circunstancias que la gente diga “no recuerdo unas lluvias como estas (o nevada o viento o lo que sea) desde …” . Al día siguiente, me comentaba una compañera que algunas personas que habían pasado por su oficina decían que no se recordaba algo así desde hacía cuarenta años. Y tenían razón, exactamente desde 1963, en que debido también a las lluvias torrenciales los ríos Samuño y Nalón, se desbordaron, inundando las calles de Langreo.

Aquí debería ir un testimonio gráfico de las citadas inundaciones, con Langreo convertido en una Venecia asturiana. Un problema "técnico" me lo ha impedido;  espero resolverlo pronto.

miércoles, 16 de junio de 2010

Archi¿Qué?

Dicen que el primer paso es el más difícil; no estoy de acuerdo. Pienso que lo es mucho más el segundo, porque ¿Cómo sigo? ¿De qué hablo? ¿Comienzo con alguno de esos planos de tela que me fascinan? ¿Quizás alguna foto de uno de esos edificios de principios del S.XX que aún se mantienen en pie? –Por ejemplo, ese que veo cada día al venir a trabajar, de estilo modernista.- ¡Pero, no! ¡Mejor empezar por el principio!

Supongo, no sé que les parecerá a ustedes, que, ya que pretendo que el archivo deje de ser algo completamente desconocido y alejado de la gente “corriente”, el principio debe ser precisamente ese: hablarles de que es.

Aunque pueda parecer contradictorio comenzaré por decir LO QUE NO ES un archivo: NO ES una colección de documentos; TAMPOCO  un montón de papeles viejos; NI el lugar al que se envían los papeles cuando nos desbordan en la oficina., NO ES un almacén, TAMPOCO un lugar oscuro y polvoriento al que acuden únicamente investigadores, … y así podría seguir.

Veamos entonces lo QUE ES. Si recurro a la Ley de Patrimonio Histórico Español y digo que es el Conjunto de documentos generados por las personas jurídicas, públicas o privadas, en el desarrollo de su actividades(…). Ustedes dirán ¿Y…? Así que voy a explicárlo de otra forma: TODOS y digo bien, todos, cada día, realizamos diversas actividades que se reflejan y dan lugar a documentos: la compra de una casa (firma de la escritura, solicitud de una hipoteca y pago de los recibos correspondientes), estudios propios o de los hijos (matrícula, títulos académicos, boletines de notas, ….). La posesión del coche ya implica la necesidad de contratar un seguro (un documento), pagar el impuesto de circulación (otro documento), revisiones y/o reparaciones en el taller (nuevos documentos).

Dos de las características que definen a los documentos de archivo son la espontaneidad y la unicidad. Estoy viendo de nuevo ese gesto de extrañeza. Volvamos al ejemplo de la vivienda; el acto voluntario es la compra de la misma y la escritura de compraventa y propiedad es resultado espontáneo, no buscado- de dicho acto - en este caso la compra. -Esta característica es la que marca la diferencia, (existen otras), fundamental con respecto a las bibliotecas, centros de documentación o colecciones. Hablaremos sobre ello y también los puntos que tienen en común-.

Vayamos ahora a la segunda característica: la unicidad. Cuando compro la casa, firmo la escritura de compraventa, de la que luego podré obtener copias. Pero la escritura original es UNA.(Ya, ya sé que en estos tiempos de procesadores de textos y documentos electrónicos resulta un concepto algo confuso. En algún momento volveremos sobre ello)

  Hasta aquí esta primera entrega; he intentado hacer que la levedad de este ser no resultara insoportable. Por ese mismo motivo, la próxima será una historia del concejo.

domingo, 13 de junio de 2010

Todo comienza por una idea

Comienza hoy en fase completamente experimental un proyecto al que llevo tiempo dándole vueltas. Un blog archivístico que no pretende ser profesional (hay muchos y buenos); tampoco servir de desahogo para mis frustraciones laborales. Lo que pretendo es algo tan sencillo y a la vez tan dificil como acercar el archivo a la gente, a todos en general.

Habrá un poco de todo: intentaré explicarles, de forma clara y amena, el funcionamiento y los objetivos de un archivo. Darles a conocer la historia del concejo (soy de las que opino que nuestro pasado explica nuestro presente) y contarles también alguna que otra anécdotilla relacionada con el trabajo.

Esta es la idea previa, pero mi experiencia me dice que el blog se va haciendo al bloguear. Así que ¡Comenzamos!